Este artículo tiene el objetivo de resolver unas cuántas dudas que solemos hacernos en fotografía respecto al espacio de color, o por lo menos, preguntas que yo me he hecho en el pasado: ¿qué espacio de color configuro en la cámara? ¿importa lo que configuremos si disparamos en RAW? ¿con qué espacio debemos trabajar en el revelado RAW a la hora de exportar a JPG?.
Antes de nada, mi intención no es sentar cátedra con este artículo, y me temo que las respuestas que voy a dar aquí no vienen de lo que estudié en la carrera, sino de la experiencia y de la teoría publicada en las innumerables páginas que hablan de este tema y que me vi obligado a curiosear cuando me hice estas preguntas.
¿Qué es un espacio de color?
Ya vimos en un artículo anterior lo que eran los modelos de color. Ahora es el turno del espacio de color, así que, para empezar, ¿qué es un espacio de color?. Un espacio de color está basado, generalmente, en un modelo de color, y define o incluye un subconjunto de colores dentro de los que se pueden generar a partir de las mezclas de los colores primarios que define el modelo de color.
Nuestras cámaras nos suelen permitir trabajar con dos espacios de color, Adobe RGB y sRGB, ambos basados en el modelo de color RGB, e incluyen un número de colores limitado dentro de todos los colores que se pueden formar mediante la mezcla de los primarios de RGB.
De ambos, Adobe RGB es un espacio con más colores que sRGB, aunque ninguno llega a representar toda la gama RGB completa. Entraría más a detallar cada uno de esos espacios, el número de colores visibles, los porcentajes de color visible que incluye cada uno, hablaría del espacio LAB, etc, pero para eso ya hay muchas más fuentes y explicarlo no va a aportar nada a la decisión de qué espacio de color utilizar para configurar la cámara y para trabajar en el revelador del RAW.
Un apunte más sobre estos espacios. Adobe RGB se definió para ajustarse mejor a la gama de color que puede generarse en una copia en papel a través de pigmentos en el modelo CMYK, así que Adobe RGB se suele utilizar para impresión, y sRGB es el espacio con el que trabajan la mayoría de monitores de gama baja y media, por tanto, sRGB en principio parece una buena elección para ver nuestras imágenes en el ordenador. Pero veamos más porque no todo es tan estricto y más bien para tomar la decisión tenemos que aplicar la lógica difusa.
RAW y el espacio de color
El primer dilema suele ser si debemos configurar la cámara con el espacio de color sRGB o el espacio Adobe RGB. Esta discusión sólo aplicará si hemos configurado la cámara para que genere un JPG (o TIFF en algunos modelos).
Si disparamos sólo en RAW, da igual el valor que configuremos, ya que el RAW es información en bruto y no hay conversión alguna a espacio de color. El parámetro sólo va a servir al programa de revelado para saber en qué espacio generar la imagen JPG o TIFF cuando hayamos procesado el RAW. Lo mismo que la temperatura de color. Aquí tenemos otra ventaja del RAW, el espacio de color es una decisión del revelado del RAW y no de la toma, lo mismo que la temperatura de color o que la profundidad del color en bits, eso sí, limitada como máximo a los 16 bits del RAW.
En el caso de Lightroom, y dependiendo de la cámara, incluso se ignora esta configuración, que quedará determinada por el perfil de exportación a JPG en el programa y no lo que venga indicado en el RAW, si es que el formato RAW del fabricante de la cámara en cuestión lo incluye como parámetro de la toma.
Como conclusión, el espacio de color configurado en la cámara es indiferente si disparamos en RAW.
JPG y el espacio de color
En cambio, si generamos y trabajamos en JPG directamente en desde la cámara, el procesador de imagen de ésta va a convertir el RAW a JPG, y aquí sí va a generar el JPG en el espacio de color que tengamos configurado. Si configuramos sRGB, estaremos limitando la gama de color, y si sólo disparamos en JPG, perderemos color irremediablemente en esa fotografía. Pero aquí, de nuevo, tenemos que aplicar la lógica difusa a la hora de decidir si es bueno o no para nosotros. Lo vamos a ver más abajo.
¿Cómo se verá un JPG con espacio Adobe RGB en un monitor?
Si generamos en cámara un JPG con Adobe RGB, «perfecto» para llevar al laboratorio de impresión que soporte ese espacio, pero, ¿cómo se verá en un monitor?, es más, ¿cómo lo habremos visto en el monitor a la hora de editarlo?. Si nuestro monitor trabaja en Adobe RGB, se verá adecuadamente y veremos casi todo el espacio de color representado en pantalla, por lo que haremos ajustes con fidelidad a lo que vamos a exportar a JPG en ese espacio de color.
Esto significa que veremos en pantalla casi toda la gama de color que va a imprimirse en la copia en papel . Digo casi todo el espacio porque no hay aún en el mercado monitores Adobe RGB que soporten todo el espacio Adobe RGB, los hay con unos porcentajes muy aproximados pero no al 100%, o al menos no lo he visto en ningún catálogo.
¿Y si visualizamos la imagen Adobe RGB en un monitor sRGB?
Decía «perfecto» entre comillas, porque si nuestro monitor trabaja en sRGB la cosa es distinta. Lo primero que nos preguntamos es: ¿cómo se verá en un monitor sRGB una fotografía JPG generada con Adobe RGB? ¿con muy mala calidad?. La respuesta necesita otra pregunta, o un matiz, que es: depende del monitor del ordenador con el que hayamos visto el RAW y generado el JPG en el espacio Adobe RGB.
Si lo hemos hecho con un monitor sRGB, según mi experiencia real, no hay diferencia a la hora de verlo en pantalla, ya que la imagen siempre la hemos visto limitada al espacio de nuestro monitor, el sRGB. En cambio, si lo hemos hecho con un monitor Adobe RGB, sí que vamos a notar la diferencia al verlo en un monitor sRGB, ya que la imagen va a sufrir un mapeo en la gama de color para ajustarse a sRGB, aunque esto también depende de la propia imagen y la cantidad de zonas de color de la imagen que se salen de la gama sRGB lo suficiente como para notarlo.
Además, también depende del software con el que visualizamos la imagen y su capacidad de realizar el mapeo entre ambos espacios de mejor o peor forma. Aunque tengamos un monitor Adobe RGB, si generamos un JPG en Adobe RGB y lo abrimos en ese mismo ordenador con un navegador, que sólo «habla» sRGB, y no sabe realizar el mapeo correctamente, veremos las cosas distintas.
¿Cuál es el problema de trabajar con Adobe RGB si no tenemos un monitor que lo soporte?
Casi ya estaba dicho o insinuado más arriba. El problema de trabajar con el espacio Adobe RGB en un monitor que sólo llega a sRGB nos lo encontraríamos si llevásemos ese JPG generado con el espacio Adobe RGB a imprimir a un laboratorio que soporte Adobe RGB.
El JPG con Adobe RGB lo vamos a ver en el monitor sRGB de una manera, con la paleta más reducida, y al imprimirlo en el laboratorio el resultado, que va a ser otro, será impredecible. Es decir, no habremos visto la imagen en pantalla con la misma gama de color de la impresión y lo que saldrá será un resultado a ciegas.
Ese resultado que vamos a obtener a ciegas en papel puede ser grato o no. Grato por superar la calidad de lo que habíamos visto (más detalle, mejores degradados,…), o no grata porque pueden aparecer detalles que no habíamos visto y que no deseábamos, o que aparezcan colores intermedios que no habíamos visto o que quedan más saturados y que no nos gustan una vez impresa la copia.
Por tanto, si nuestro monitor es sRGB, al trabajar con el espacio sRGB, lo que vemos se acercará más a lo que va a imprimirse en papel, lo cual es una ventaja. Como desventaja, perdemos o destruimos información en el JPG (más gama de color), pero ganamos en control y fidelidad sobre lo que luego vamos a ver impreso en una copia en papel.
Lo bueno, como siempre, es disparar en RAW, tener toda la información en bruto y luego al revelar y generar el JPG, decidir el espacio de color en función de nuestro equipo (monitor) y el destino que vamos a dar al JPG. Así, nunca vamos a perder información, que conservaremos siempre en el RAW.
¿Cómo ven otras personas nuestros JPG Adobe RGB?
Esta pregunta también es importante. Aunque generemos el JPG en Adobe RGB porque nuestro monitor lo es, tenemos que tener en cuenta si queremos publicar el JPG para que lo vean otros en su navegador y si queremos ver en el nuestro lo que van a ver los demás en su propio ordenador.
Como decía antes, los navegadores sólo soportan sRGB y no hacen ningún tipo de mapeo, por lo que si el destino del JPG es publicarlo en web, tendríamos que generar el JPG en sRGB y así ver el resultado de la misma forma que lo verá el resto en su ordenador a través de la web, independientemente del tipo de espacio de color que soporte nuestro monitor.
En realidad, hay algo que complica más esto, ya que cada navegador implementa el espacio de color con diferencias, por lo que una imagen vista en un navegador concreto no tiene por qué verse igual en otro navegador distinto.
Conclusión Adobe RGB vs sRGB
Por tanto, si tenemos monitor Adobe RGB, podemos generar un JPG en Adobe RGB para llevar a imprimir y no perdemos gama de color. Y si queremos generar un JPG para publicar en la web, lo tendremos que hacer con el espacio sRGB para que podamos ver y comprobar cómo lo verán los demás.
Y si tenemos un monitor sRGB, será mejor generar ambos JPG (para papel y para web) en sRGB, porque así tenemos fidelidad al ver en nuestro monitor lo que luego van a ver los demás y lo que luego va a pasar a papel. Habremos perdido gama de color, pero nunca la hemos podido ver en nuestro monitor sRGB, por lo que no debería importarnos (si seguimos conservando el RAW para un futuro).
¿Tenemos asegurada la fidelidad al generar un JPG generado con el espacio sRGB si trabajamos con un monitor sRGB?
Aquí interviene de nuevo la lógica difusa, depende. Si nuestro monitor es de gama baja o media tampoco va a soportar al 100% el espacio sRGB, por lo que la gama que incluye el JPG que hemos generado en ese espacio tampoco llegamos a verla como es en realidad, y si el laboratorio sí se ajusta al 100%, lo que saldrá en papel también será un resultado incierto que nunca habremos visto en nuestro monitor.
Las cosas ya están suficientemente liadas, pero para liarlas aún más, además del espacio de color del monitor, la calibración del color del monitor es otra variable que también va a influir en la fidelidad de uno y otro.
Un último detalle
Hay una diferencia entre ambos espacios, lógica aunque poco importante. Como Adobe RGB es un espacio capaz de representar más colores, esto no sale gratis en el tamaño del archivo, es decir, el JPG que incluya más información (más colores) pesará más, aunque una diferencia mínima y debería importarnos bien poco.
menudo lio Antonio,ademas de los monitores tenemos que tener en cuenta tambien los navegadores,cuando se podra llegar a un acuerdo sobre uniformidad,no me extraña que en fotonatura veamos a veces imagenes y colores diferentes,asi que a la hora de criticar una fotografia,mejor hablar solo de la composicion porque el resto pura fantasia,una imagen tuya decian verla azulada y yo apenas apreciaba la dominante,puf,,,,,,,,,,