Un lugar para reflexionar

Ya apuntaba con mi artículo anterior que me encanta este lugar. Supongo que todos tenemos un lugar talismán, nuestro campo de pruebas, al que nos gusta volver una y otra vez para aprender a ver cómo cambia la luz con las estaciones, la hora del día, el clima.

Lo mejor de este lugar es que no es estático, así que es difícil que me pueda llegar a cansar. La variabilidad del nivel de agua siempre aporta nuevos primeros planos y nuevos retos.

Para mí este lugar no sólo representa un elemento puramente artístico en el que las fotografías muestran características plásticas, disposiciones, orden de elementos, en definitiva, no sólo placer visual, representa una sensación muy especial y por eso lo llamo «un lugar para reflexionar», porque es un lugar que me permite huir del ajetreo de las masas, huir de la realidad, me ayuda a olvidar los conflictos del trabajo cotidiano y me ayuda a meditar, a desacelerar este frenético ritmo de vida, a buscar momentos más pausados, a disfrutar de cómo las ideas y los pensamientos se van cocinando a fuego lento en mi cabeza y llegan a elaborarse lentamente, de forma completa.

De este lugar ya conservo un buen conjunto de fotografías, me temo que algunas (o bastantes, espero) se salen de los cánones, de las reglas. Esto se debe a que reflejan un estado de ánimo distinto, más melancólico. He recopilado las más representativas aquí.

La siguiente fotografía representa la calma, orden, un momento de tranquilidad. Todo el encuadre está lleno, cada hueco es ocupado por un elemento que le da sentido y armonía, ya que está despejado y no hay elementos abarrotados.

Pantano de Santillana #1

Pantano de Santillana #1

Ésta otra representa el misterio, el fondo refleja un hecho inesperado que rompe la calma y la oscuridad.

Pantano de Santillana #3

Pantano de Santillana #3

En cambio, ésta aporta la visión de una tarde apoteósica, un final de orquesta a lo grande, al estilo del Bolero de Ravel y su gran acorde disonante y derrumbe final.

Pantano de Santillana #5

Pantano de Santillana #5

Este cálido atardecer de finales de invierno es de las pocas veces que me atrevo a incluir el sol en el encuadre. El que no tenga elementos en primer plano me relaja aún más, esas ondas en el agua, con una sensación de silencio y de bienestar.

Pantano de Santillana #7

Pantano de Santillana #7

Estas otras tres creo que representan bien el estado que sufría en ese momento: melancolía, tristeza sosegada. Por eso huyo en ellas de elementos que recarguen el encuadre y busco el vacío en el cielo o en el primer plano.

Escribiendo sobre todo esto, me viene a la cabeza lo extraño que es el comportamiento, el misterio del estado de ánimo, con estos cambios repentinos entre euforia y energía, que, al no sostenerse sobre algo real, cae repentinamente a la tristeza más indescriptible.

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4 comentarios

  1. esas ondas del primer termino siguen sin convencerme Antonio y perdona por mi insistencia;asi como las mas alejadas las encuentro mucho mas armonicas,ya se que trataste de convencerme,pero soy un poco cabezon,ja,ja,ja

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